sábado, 6 de febrero de 2010

Quiero


Quiero sobre volar sobre las cumbres de tus pechos y aterrizar en la planicie de tu ombligo, quiero luego ahogar mi sed en tu fuente y, aunque te deje seca, no tengas ningún lamento al respecto.

Quiero oír que te quejas en mi oído, como un clamor sordo de placer que intentas callar pero no lo logras por ser tan explosivo.

Quiero que después me veas con ojos, un poco con gratitud, un poco con lascivia, porque logré llegar al punto máximo en que, por un instante, el mundo se detuvo para ti y para mi, y nada más importaba. Y quiero, también, que esa mirada me exija, me pida, que lo repitamos.

Quiero verte ir al baño y, mientras te observo desnuda, extasiarme en tu cuerpo porque me encanta, porque me gusta todo de ti, y esperarte en el lecho y pensar al verte venir hacia mí me resultas igual de excitante.

Quiero que me invadas y que me pidas que me quede inmóvil porque soy tu prisionero y vas a hacer conmigo lo que te plazca.

Quiero que al final del día los dos, sin ningún tipo de remordimiento, deseemos que esa tarde se repita pronto.

Finalmente, quiero, que me quieras como soy, que me aceptes como soy, que tu primer pensamiento sea en mi como yo en ti, que se hagan largas las horas y días en que no podemos estar juntos, quiero que me llames y me digas ¡te quiero!, para luego colgar sin que me de tiempo a responder, que los párpados se cierren solos por el cansancio pero que, de nuevo, sea yo quien esté en tus pensamientos.

Quiero levantarme cada día, con el orgullo prendido en el pecho de que una súper mujer como tú me lleva en su corazón.
EM
Ly
Febrero
o4 2010
04:32 p.m

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