He sentido con los días
la sed ingrata de tus besos
que me látiga, la bulimia
de caricias que le niegas
a mi alma.
Me mentiste y me fallaste
tantas veces, perdí lo que
nunca hubo, en el inmenso
resonar de tu palabra y volvía.
Enjugaba mis lágrimas
evocaba tus besos a mil
por hora cuando presuroso
te marchabas quedaba tan solo
la tangible dignidad del tiempo.
Perdí pensamientos fugaces
de largas horas de insomnio
indignación y esperanza
dulzura y pesar y te dejé.
Aún hoy te siento haciendo
nido en mis entrañas ,mis manos
queriéndote acariciar y cómo ,sí,
ya no estas ,el anhelo ,la memoria
intactas quedaron a mi -tu pesar .
Ly
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